Querido 2022: 15 huellas que has dejado en mí

Querido 2022,

Gracias por ser  un año transformador, duro, no voy a mentirte, aún siento el dolor en mi cuerpo. Enfrento 2023 con la determinación de no olvidar lo aprendido contigo en estos 365 días.

Has dejado 15 huellas en mí.
Huellas en mi cuerpo y alma, cicatrices de vida.
Gracias 2022. Y tranquilo, en el 2023 recorreré cada una de tus huellas y rememoraré cada momento. Lameré mis heridas y acariciaré las cicatrices de todas las batallas, ganadas y perdidas, en este tiempo contigo. 

Y como no quiero olvidarte 2022, comparto mis huellas como historias lanzo al viento. 15 huellas, 15 cicatrices, 15 historias: 

  1. La vida esta hecha para ser reescrita. Escribe, Equivócate, Reescribe. 
  2. La vida es ahora. Abraza el presente. 
  3. Acepta, Libérate. Sé consciente. 
  4. Te quiero no es Tabú. Dilo. Siéntelo. Repítelo. 
  5. Se Agradecido. Gracias vida por todo lo que tengo. 
  6. Eres un milagro. Cuídate. Cuida tu mente, tu cuerpo y tu alma.
  7. ¡Vive! No has venido a sobrevivir. 
  8. ¿Qué te hace feliz? ( la pregunta más importante de tu vida) 
  9. Deja ir. Quédate con lo que suma, deja ir lo que no te aporta. 
  10. Sé el Superhéroe de esta historia. Sálvate.
  11. Sé Real. Descúbrete.
  12. Eres lo que hablas. Escoge tus palabras con cariño. 
  13. Sé Amable contigo. Trátate con cariño y compasión
  14. Dime a lo que tienes miedo y te diré quién eres. Enfréntate.
  15. Conecta, Reconecta contigo. El amor de tu vida eres tú. 

Gracias 2022 por acompañarme en este camino llamado vida y aunque te deje atrás, cada momento vivido ha valido la pena y por siempre formarás parte de mi esencia. Dejo tu mano para abrazar un nuevo día en el que un nuevo aliento guíe mis próximos pasos. 

2023 estoy deseando iniciar esta nueva etapa contigo.

Café para dos

Una pareja. Un café. Dos historias. La de él escrita en palabras, en la de ella las palabras cobran vida. Dos formas de contar una misma historia, dos formas de sentirlas, las dos igual de importante.

Es lector elige.

Café para él (léeme)

-El local rebosada de gente -sonido de vasos de fondo. Sonido de ambiente de bar y personas hablando- Una pareja sentada uno delante del otro , dos cafés en la mesa.

⁃ ¿Puedo hacerte una pregunta incómoda? – le mira confuso y asiente.

⁃ ¿ tú me quieres? – le mira con tristeza y asiente.

⁃ ¿y qué quieres de mi? ¿mi compañia, mi conversación, mi cuerpo? ¿ acaso sabes lo que quieres ? – le vuelve a mirar y niega con la cabeza.

⁃ Sonido ambiente de bar – ella termina de tomarse el café y le coge delicadamente las manos –

⁃ Yo no te quiero. -él le mira entre confundido y asustado y hace el ademán de hablar-

⁃ Ella, sin dejarle contestar , se levanta y le da un beso en la mejilla.-

⁃ Yo te amo y quiero que seas feliz

⁃ Sonido de tacones alejándose. Sonidos de bar

Café para ella (escúchame)

Audio historia

I am barbie, am I?

Mi nombre es Bárbara y mi blog se llama bybarbs. Barbs es un diminutivo de Bárbara pero otro de los diminutivos más famosos de Bárbara le da nombre a la muñeca más famosa de la historia: barbie.

Siempre he evitado que nadie me llamara Barbie, nunca me sentí identificada con ese nombre porque lo asociaba con la muñeca y no creía que me representara.

De pequeña siempre quise una Barbie, pero nunca me la regalaron, siempre me regalaban Nancys u otras marcas de muñecas pero nunca me llegó la ansiada barbie. Los niños crean barreras, creencias limitantes sin darnos cuenta. Siempre quise una Barbie y crecí con la frustración de no haber podido jugar con ella como lo hacían mis vecinas. Y es que queremos pertenecer a un grupo, sentirnos parte de algo. Pertenencia tribal, formar parte de algo que nos identifique como grupo y no sólo como individuo.

Nunca tuve una Barbie.

Siempre me dio rabia que me llamaran Barbie.

Me auto convencí que ese diminutivo no me representaba aunque la persona que me llamaba así lo hiciera con todo el cariño del mundo. Una rabia sin sentido cada vez que escuchaba ese nombre que no alcanzaba a entender.

Barbie es la muñeca más vendida y famosa del mundo. Miles de niñas sueñan con tener una Barbie. Es la muñeca que provoca más cariño, más fans más allá de la edad de crecimiento.

¿Entonces por qué sentía tanta rabia cuando alguien cercano me llamaba Barbie? Porque nunca pude tener una. Esa herida de niña la he llevado toda mi vida adulta, inconscientemente, cada vez que alguien me llamaba Barbie le recordaba a esa niña herida que nunca tuvo una así que se creó una máscara de protección llamada Rechazo.

I’m a barbie girl dice la canción.

Es momento de abrazar a esa niña herida y decirle que la entiendes , que estás triste porque nunca tuviste esa barbie. Abrazarla , amarla . Mirarnos al espejo y decirle: we are a Barbie girl.

Abracemos a nuestros niños heridos , abracémoslos y reconfortémoslos. No los olvidemos en un rincón de la mente. Somos esos niños heridos y sólo nosotros podemos darles todo el amor que necesitan.

Soy Bárbara. Barbs para los amigos. Barbie para quien quiera jugar con mi niña interior.

I’m a barbie girl

Sigue el camino de las baldosas amarillas

Perfección, la barrera en el camino.
Palabras que cierran puertas.
El guardián del miedo que posee la llave maestra.
El carcelero que sujeta nuestra mordaza.

El camino de baldosas amarillas, el seguro, el que nos aleja del bosque tenebroso lleno de posibilidades.
En nuestro viaje llevamos una mochila bien cargada para evitarnos sorpresas y una armadura oxidada.

Recuerda, no te desvíes del camino, no hables con extraños, sigue las reglas, todo aquello que te han enseñado los que antes que tú han pasado por aquí.

Hasta que ya no puedes respirar y una brisa fresca toca suavemente tus mejillas. Una brisa que viene de lo más profundo del bosque, aquel que ves a lo lejos en la oscuridad, mas allá de las baldosas amarillas.

Hasta que notes todos los músculos de tu espalda doloridos por el peso de esa mochila llena de enseñanzas. Y piensas, ¿qué pasaría si la vaciase ? En realidad podría ir mas deprisa – Y la brisa vuelve a acariciar tu cara y el sonido de un río a lo lejos te recuerda que tienes la boca seca.

El tintineo de las llaves a lo lejos te recuerda que el guardián tiene la llave hacia lo seguro, a la única puerta que existe al final del camino.

Y la piel te pica de llevar esa armadura que te entregaron de niña y que se confunde con tu piel.

Una mochila cargada que ni recuerdas que llevas dentro.
La inercia se adueña de tus pasos,
– Olvídate del peso- escuchas-
del dolor de sentir.

Y sigues adelante.

Abandonar nunca fue una opción.
Al final del camino te espera la recompensa que tantas veces te han repetido.

Sigue el camino de las baldosas amarillas, sigue nuestras enseñanzas , nada te pasará con la armadura que llevas y , sobretodo, no hables con extraños, no olvides la mordaza.

Y al fin llegas al final del camino y a la puerta detrás del guardián del miedo.
La llave maestra te espera y por fin obtendrás tu recompensa.
Abierta de par en par, encaminas tus pasos y la cruzas hacia la ansiada libertad.

Y ante ti, un camino de baldosas amarillas hacia la siguiente puerta y el tintineo de unas llaves que te esperan al final.
Y sigues tus pasos con la inercia, una mochila llena y una armadura oxidada pegada a tu cuerpo.

Sigue el camino de las baldosas amarillas o acepta las caricias de esa suave brisa.

Abandonar nunca fue una opción.




Tiempo al olvido

Y aunque te necesito como al oxygeno

muero a cada momento que dejo que el vacio me acompañe.

Aunque mi corazon recuerda que latía fuertemente cuando te me escapabas entre las manos, hoy sigue latiendo recordandome que el pasado no existe y nuevos latidos me acompañan cada dia.

El muro que una vez construí se derrumba a cada nuevo suspiro de aire fresco.

Y me recuerdan que otros momentos me esperan.

El pasado es olvido,

el presente esperanza ,

el futuro me espera.

El tiempo al olvido .

Gracias vida por recordarme que me amas como yo amo cada instante que pasamos juntas.

Que el tiempo es olvido y es esperanza.

Que lo perdido es una oportunidad de empezar de nuevo.

Semaforo al Recuerdo

Rojo, verde , amarillo.

Rojo.

Espero.

El tiempo pasa más deprisa de lo que quisiéramos.

Coches desapareciendo frente a mi , sin tiempo a fijarme en los individuos que aprietan el acelerador.

Mi mente intenta recordar tu cara.

Mi mirada busca un recuerdo borrado por el paso del tiempo.

El recuerdo de mi corazón latiendo fuertemente,

como ahora,

pero distinto.

Entonces la rabia, la tristeza se mezclaban con el vacio que empezaba a sentir por un encuentro sabia era el último.

Incontables días e interminables noches han pasado.

La rabia y la tristeza se desvanecieron y el vacío llenado con nuevos momentos.

Verde.

Pasos apresurados.

Mi mirada te encuentra.

Al otro lado, parado, esperando, esperándome.

Apenas reconozco tu cara pero sí la sonrisa que tantas veces me regalaste en una vida que ya apenas siento fue un día la mía.

Te recuerdo.

A cada paso que doy, trato de vaciar mi mente, de volver atrás.

El amarillo parpadea intermitentemente mientras mis últimos pasos me llevan enfrente tuyo.

Una sonrisa.

Un abrazo.

El tiempo se detiene.

Mi corazón te reconoce.

Tiempo

te disfruto y te olvido. 

te marchas y vuelve el vacío. 

te añoro cuando te escapas de entre mis dedos. 

me engañas cada vez que me susurras que lo vivido esta perdido. Que ya no estás, que te has ido. Porque te olvido. 

Tiempo no te marches, quédate conmigo. 

te tenía y te he perdido. 

y aunque te siento a cada latido, a cada paso conmigo, sé que te voy a volver a perder aunque estés enfrente mio.

quiero arriesgarme y vivirte aunque mueras en un instante y vuelvas como si nada hubiera sucedido. 

Tiempo, quédate conmigo. 

Ni Princesa Ni cuento de hadas

He dejado de creer en cuentos de hadas, en algodón de azúcar y tutus rosas. 

He dejado de pensar en que la prisión en la que me despierto , tiene rejas de chocolate y cadenas de caramelo. 

El miedo hace que me sienta princesa que espera ser rescatada por la sombra de mi velo. 

El pelo hasta mis rodillas y trenzas sobre mis hombros. 

Caballos con cuernos en la frente y crin de arco iris custodiando mi aliento. 

Dragones de sangre y fuego en mi castillo de ensueño. 

He dejado de creer en cuentos de hadas porque me niego a ser prisionera de mis miedos .

Soy heroe de mi destino, vestida de cuero. Porque sólo yo tengo la llave de mi celda y sólo yo puedo cortar mi cabello. 

Puños de purpurina, botas de tacón y empuñadura de acero. 

Ojos de hielo, mirada de fuego. 

He dejado de creer en cuentos de hadas porque esta princesa no está esperando caballero. 

La puerta de mi castillo está abierta y mis rejas derritiendose como el hielo. 

El miedo me acompaña a cada paso y le sonrío. Porque miedo , no me asustas .Lo que me asusta es mi propio reflejo. 

Porque esta princesa ni es princesa ni reina ni quiere serlo.

Y este cuento se ha acabado y me voy a la cama sin leerlo. 

Ausencia: Adiós

El amor no muere, se transforma. 

Abraza el adiós porque sólo es el principio. 

La pérdida se transforma, el adiós es sólo el comienzo

El amor se queda junto con el recuerdo de esos momentos en que las palabras se quedaron mudas.

Empieza a borrar esa ausencia con la que te has sentido tan cómodo hasta ahora y busca la verdad que te liberará. Renace de las cenizas de la ausencia. 

Vive el momento, abraza el adiós . 

El camino más difïcil que te encontrarás sólo tú puedes superarlo.

Deja atrás, abraza el recuerdo, sonríe al presente. Espera la oportunidad del mañana. 

Permítete el nuevo camino que se presenta ante ti.

Perdona el adiós.

Palabras que retumban en el silencio del recuerdo, que no del olvido. 

Recuerdo tatuado en tu piel, memoria de los momentos vividos. 

Un abrazo ausente, un adiós presente .

Acéptalo.

Ausencia: deconstrucción

Destruir. Construir. 

Paradoja.

Recoger las piezas y unirlas en un nuevo puzzle, en una nueva dimensión, en una nueva consciencia. 

La mente destruye con igual intensidad que construye. 

Dejar atrás aunque falten piezas. 

Buscar nuevas piezas sin olvidar.

Avanzar. 

Llegó el momento de deconstruirse

de Pensarse

de Reconciliarse 

de Transformarse

Y aunque la imagen en el espejo esté rota en mil pedazos recojamos, construyamos. 

Deconstruyamos la ausencia.     

Ausencia: perdón

Cada día se miraba al espejo y veía cómo rodaba por su mejilla.

Una lágrima, una sola lágrima.

Sentirla en la piel, como muere en la comisura de los labios,

sentir la explosión final cuando desaparece.

¿A qué sabe el perdón?

A sal.

Al perdón hay que dejarlo caer, sentirlo en la piel y aceptarlo,

como un beso agridulce, salado en tus labios.

El perdón que pesa, que se resiste, es el que cae en tu piel,

no en el de los demás.

Permítelo,

permítetelo,

siéntelo,

saboréalo.

Es tuyo

Al desaparecer, al igual que la lágrima cuando rueda por tu mejilla,

te sentirás liviano, desnudo en tu nueva piel.

Sin el disfraz que impedía sentir la libertad del perdón.

Llegado el momento, quítate el disfraz,

déjalo en la cama

y siente la verdad en tu piel.

Deja la oscuridad detrás de ti, en un pasado que ya no existe,

en una lágrima que ya ha rodado.

Abraza el perdón, deja que forme parte de tu piel.

A partir de ahora soys uno.

Caminad juntos sin miedo.

Versión audio del post Ausencia: Perdón

Ausencia: dejar marchar.

Hachiko es una de las historias más conmovedoras sobre el amor y lealtad de un perro a su amo que nunca regresó a la estación donde siempre se reencontraban al final del día. Hachiko no sabía que su amo nunca regresaría así que le siguió esperando día tras día a que regresara. 

La pérdida de un ser amado es una experiencia desgarradora. Lo más difícil no es aceptarlo, el tiempo se encarga de enseñarte a aceptar lo inevitable. Lo más difícil es dejarlo marchar. Existe el peligro de quedarnos esperando en esa estación viendo los trenes pasar. 

Soltar. Dejar marchar. Vivir. 

Ha llegado el momento de empezar a despedirnos de esta Ausencia que nos ha acompañado durante estas últimas semanas. Una despedida llena de luz, reconfortante, porque lo importante es haber compartido aunque ya no esté con nosotros.

Es hora de dejar marchar y empezar a llenar esa ausencia con recuerdos que nos acompañarán cada día. 

Ha llegado el momento de dejar marchar.

Sentir y aceptar lo que nos queda, mirar hacia adelante.

Dejar marchar no es olvidar, es elegir recordar, es llenar esa ausencia con recuerdos que te reconfortan cada día.

Sentir el calor de lo vivido.

Ausencia, ha llegado el momento de dejarte marchar.

Ausencia: Pérdida y Rendición.

La rendición siempre te ofrece una segunda oportunidad.

Aceptar lo que es. Dejar de luchar contra un pasado que ya no existe.

La aceptación como estado de no resistencia.

Quisieras huir del dolor profundo, dejar de sentir. Pero al negarte al dolor emocional todo a tu alrededor se contamina.

La situación no provoca sufrimiento es tu resistencia la que lo alimenta.

Aceptar el dolor.

Permitírtelo.

Rendirse a cualquier forma que adopte el sufrimiento ya sea desesperación, miedo, tristeza…

Abrázalo, forma parte de ti.

Céntrate por un instante en lo que sientes, olvídate de lo que lo provocó. Siéntelo, exprésalo y atraerás luz a esa oscuridad.

Suena tan fácil ¿verdad? Y es lo más difícil a lo que te vas a enfrentar.

Sólo cuando has sentido el vacío de la pérdida puedes ser consciente del gran reto que supone rendirse a lo inevitable.

Cuando nos enfrentamos a una situación extrema nos resulta muchas veces imposible de aceptarlo. El dolor es tan insoportable que nuestra mente se escuda en recuerdos pasados .

Muchas veces el vacío y el miedo se convierte en oscuridad.

El tiempo se para y todo a tu alrededor se desfigura en formas y sonidos grotescos, sin sentido.

Tormenta en el alma.

Aprender a vivir con el vacío. Centrarse en lo que queda.

Mirarte en el espejo y seguir adelante porque la vida vale la pena vivirla, a pesar de todas las dificultades.

Brillar con el alma rota.

Ausencia: Abrazos Ausentes

Te echo de menos. Echo de menos el sentir, el sentirte, el sentiros. Estamos cerca pero nos sentimos lejos.

Echo de menos los reencuentros, las sonrisas y el dolor de las costillas al apretarnos fuerte el uno contra el otro.

El contacto nos hace sentirnos parte de algo más grande. Lo que hace sentirnos vivos.

Y nos convertimos en zombies deambulante , sin rumbo, en busca de todos aquellos abrazos ausentes.

Abrazos no dados, abrazos no sentidos, abrazos lejanos , abrazos perdidos. Porque esos abrazos nunca los podremos recuperar, tienen fecha de caducidad: un instante.

Vendrán otros abrazos , tarde o temprano, pero muchos han quedado huérfanos y ni el recuerdo nos ayudará a recuperarlos.

Abrazos virtuales que saben a poco, abrazos pendientes que nos agotan cada día un poco más.

Y hasta que podamos volver a abrazarnos escucha mi voz y aprendamos juntos a darnos el abrazo más importante de nuestras vidas.

Ausencia: gritar

En las noches de luna llena noto su presencia, su alargada sombra en mi cama.

Sé que estás ahí pero el miedo y la impotencia me paraliza. Miro al techo y veo como te arrastras como una cucaracha. Te veo y quiero aplastarte.

Me ahogo y te miro en silencio. Observo como te mueves, como marcas tu terreno asegurándote tu presencia.

Me asqueas.

Quisiera enfrentarte, gritarte, aplastarte con todas mis fuerzas.

Y entonces noto como creces y te colocas sobre mi pecho y soy incapaz de aplastarte.

Cierro los ojos, respiro y trato de ignorar que noto como tus patas tocan todo mi cuerpo.

Ignorar.

Cerrar los ojos.

Dejar que pase.

Esperar a que la luna llena mengüe.

Excusas.

Abro los ojos y noto el peso de tu cuerpo sobre mi pecho. Y aunque las lágrima pesan, mis ganas de aplastarte por una vez es más fuerte.

Arrástrate, me digo, busca las fuerzas dónde no creías que tenías. Existen, porque eres más fuerte de lo que pensabas.

Pensar.

Deja de escuchar a tu mente.

Concéntrate en lo que ahora importa: aplastar a esa cucaracha y si tienes que gritar , grita.

Y si tienes que preparar tu cuerpo para la batalla, hazlo. Quítate la ropa, piel con piel.

Que no quede rastro de su sombra.

Disfruta del momento, de la victoria de hoy. Mañana será otro día.

Y recuerda: tu mente es la extensión de su sombra.

Tu mente forma parte de ti por lo que esa sombra te pertenece. Y como dueña que eres. su existencia sólo depende de ti. Pero esa es la batalla de mañana, la de la consciencia.

Hoy he ganado la batalla pero no la guerra.

Esperaré a la próxima luna llena. Estaré preparada, te estaré esperando.

En la próxima luna llena estaré preparada para ganar la próxima batalla.